¿Qué es la crioterapia?
La crioterapia es uno de los procesos más empleados por los especialistas de la piel. Es una técnica para el tratamiento de lesiones cutáneas superficiales por medio de la quemadura y congelación, utilizando para ello una sustancia muy fría, generalmente nitrógeno líquido a una temperatura de -196ºC.
Mediante la criocirugía se aplica el nitrógeno líquido en pequeñas dosis, de una forma controlada y localizada con una pistola o sifón, permitiendo congelar y destruir las células anormales de la piel, con el objetivo de eliminar las lesiones cutáneas sin afectar al tejido sano de alrededor de la lesión.
Tipo de lesiones cutáneas que se tratan con crioterapia:
La crioterapia se utiliza en dermatología especialmente para quemar verrugas de todo tipo: víricas, queratosis seborreicas, queratosis actínicas, condilomas acuminados o verrugas genitales, los papilomas que aparecen en la planta de los pies, para fibromas, pequeñas verrugas del cuello y las axilas… En general para acabar con lesiones tumorales benignas.
Se trata de una operación sencilla que no tiene apenas contraindicaciones y no necesita cuidados previos, más allá de aplicar un antiséptico para evitar que se infecte, ya que la herida tarda entre 2 y 4 semanas en curar, así como aplicar protección solar durante este tiempo para evitar que la zona tratada se pigmente.
Entre las contraindicaciones del tratamiento con crioterapia destacan:
- Pacientes con trastornos vasculares periféricos
- Pacientes con arteriosclerosis
- Pacientes con hipersensibilidad al frío
- Pacientes con afecciones con vasoespasmo
- Se recomienda no utilizar la crioterapia en zonas de la piel muy finas, como los párpados., ya que puede provocar edemas importantes.
La crioterapia permite el tratamiento aislado de lesiones cutáneas sin afectar a las zonas circundantes
¿Cómo se aplica la crioterapia en dermatología?:
El dermatólogo aplica mediante una pistola o pulverizador especial el nitrógeno líquido congelado durante unos segundos (aunque puede durar hasta uno o dos minutos) hasta que se forma una aureola de hielo alrededor de la lesión. Tras la aplicación, la zona se inflama y se enrojece, pudiendo aparecer una ampolla en la zona tratada. Con el paso de los días, la inflamación y la ampolla van reduciéndose de forma progresiva, transformándose en una costra que terminará por caer.