Mi madre siempre me ha asustado mucho, de la niñez recuerdo algunos veranos difíciles, en los que me tocaba esperar un par de horas hasta que la supuesta digestión hiciera su efecto. Durante un tiempo indeterminado, mi argumento para meterme en la piscina antes de tiempo, era manifestar mi condición humana,
-Mamá, no soy una ballena, no necesito dos horas para digerir un bocata de tortilla.
Pero por otro lado, algunas de las indicaciones que cumplía a pies puntilla, más me valía, no se alejaban mucho de lo que viene delante.
Nuestro sistema digestivo es nuestra fábrica de energía.
Tras cada una de las comidas diarias comienza un complicado proceso que se encarga de transformar lo ingerido en energía, y lo que sobra… en otras cosas.
Dependiendo del tipo de alimento y su composición una comida puede tardar de 2 a 4 horas en completar el recorrido total de nuestro sistema digestivo.
La llegada al estómago se produce durante la primera hora y requiere de un flujo de sangre mayor, provocando en esta zona una gran acumulación que favorece la absorción de nutrientes. Esta es la hora en la que hay que tener más precauciones.
Síntomas de un corte de digestión y primeros auxilios.
Si hacemos deporte intenso o nos metemos en el agua muy rápido después de comer, nuestro cuerpo se verá obligado a sacar la sangre del estómago para cubrir la demanda generada por las extremidades. Este cambio repentino puede generar una sintomatología que puede asustar con bastante facilidad.
- Dolor de estómago.
- Mareos.
- Palidez.
- Bajada de tensión y pulso.
- Frío.
Lo urgente es solicitar ayuda de un profesional, salir del agua y/o dejar de realizar actividad física, y seguido a esto mantenerse seco, tumbado con las piernas elevadas, y cubiertos con una manta o similar.
Si seguimos todas las precauciones y cuidados, el afectado debería mejorar en un periodo de una a dos horas. Existe el caso extremo de parada cardiorrespiratoria, es importante valorar el estado de la persona desde el primer minuto para avisar a los servicios de emergencia antes de que este se pueda producirse.
Un corte de digestión es fácil de evitar.
Fuera de la problemática anterior, es muy fácil evitar un corte de digestión haciendo un poco de caso a lo que decía tu madre (o dice aún).
- No comas tanto, que ahora te vas a bañar.
- No te tires de golpe.
- Cómo te vas a bañar ahora con lo que estás sudando.
- Métete poco a poco y mójate.
El sentido común y la cultura popular no están desacertadas, en realidad es fácil evitar un corte de digestión con cosas muy de toda la vida. Báñate con cuidado, y durante la primera hora presta atención a no moverte demasiado.
Disfruta del verano, y no olvides ponerte protector solar!